Con la oficina a cuestas

Contestando correos en el metro.

Llevo un par de días con la oficina a cuestas y cada día me sorprendo más.

Ayer un colaborador me decía «es que me da no sé qué hablar contigo cuando vas en el metro». Y yo le dije: no te preocupes, es que estos días rara vez me encontrarás en la «oficina», andaré con la móvil.

Sí, se puede trabajar. Sí, puedo avanzar sin estar en casa. Es que incluso a veces pienso que puedo llegar a ser hasta más productiva, como voy apurada porque paso tiempo off line, cuando vuelvo a conectarme me pongo a tope a resolver historias.

La otra mañana en un desayuno de networking un compañero dijo de mí: «es que María es emprendedora«. Entre nosotros… aluciné un poco :)…  sencillamente porque me vi empujada a «emprender», realmente no tuve la ilusión de tener un proyecto y poder llevarlo a cabo, sí como muchos siempre quise montar el negocio de camisetas frikis, la empresa de organización de eventos, etc. Pero emprender con una idea fija de negocio, mmmm, no se me había pasado por la cabeza.

Hasta que pasó todo y ahora, creo que a raíz del crecimiento «orgánico» (momento SEO, jeje), veo las cosas de otra manera y estoy convencida de que todo es posible.

Es fundamental estar seguro de uno mismo y transmitir tu entusiasmo. Tener momentos malos, ser condescendiente hasta un punto y confiar sin dejar que te cojan el brazo entero.

Imagino que te acostumbras a viajar con el ordenador a cuestas, a «limpiar» el escritorio en las dos horas y media de vuelo que tienes hasta llegar a casa de tus padres, a contestar con tu iPhone correos que esperan respuesta, a conectar el ordenador en el coche camino del EBE para solucionar marrones de trabajo.

Quizás, los que tenéis una vida «normal», con un horario «normal» y una oficina «normal», pensaréis que nosotros, los que escribimos un viernes por la noche en el blog, estamos locos.

Creo que hay algo de locura, sí, ¿por qué negarlo?. Pero todo la responsabilidad que conlleva el trabajo que realizo, es tan gratificante, que merece la pena. Somos como los súper héroes, sin horarios, luchando contra las adversidades.

Me pido ser Wonder Woman 🙂

Además, yo heredo. Y esa es la mayor satisfacción.

2 comentarios sobre “Con la oficina a cuestas

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