Con un viaje tan intenso es difícil, muy difícil, poder transmitir todas las experiencias vividas, aunque por lo que habréis podido comprobar en el post del día 1 y 1/2 y en el post del día 2 de #SienteTeruel, lo he intentado.
Así que el relato del tercero espero quede a la altura, en longitud probablemente… atención, post largo, si no tienes tiempo, vuelve en un rato 😉
La mañana del sábado nos deparaba un par de sorpresas. La primera me la perdí 😀 La segunda era dónde pasaríamos el día, así que ya todos en los coches, llagamos al Mas del Aragonés.
Que día de calor… y no sólo para nosotros, si no también para el equipo de actores del grupo de teatro «La Quiquereta», que se encargaron de recrear la vida en una masía, las costumbres y las formas de vida de aquellos años. Nos enseñaron cómo se hacía el pan, el chorizo (me pringué entera aprendiendo, pero mereció la pena), como lavaban la ropa o iban a buscar el agua. Una mañana súper entretenida en un lugar precioso, donde bajo un montón de cerezos repletos de cerezas improvisamos un comedor y disfrutamos de una magnífica y abundante comida. No sabría por dónde empezar… tortillas de patata, de hongos, de espinacas, de cebolla, sopa, carne, queso, embutidos, chorizo frito (el que habíamos hecho nosotros) y de postre cuajada y dulces… no podíamos con nuestra vida, más bien con nuestras barrigas 😀
Jugamos a juegos típicos y el grupo Les Morenillas actuó en directo… que ganas de echarnos una siesta; pero en lugar de ir a dormir, algunos fuimos a refrescarnos al río. Genial. Menuda gozada poder bañarte en agua fresquita helada en Beceite.
Después paramos a refrescar la garganta con el amigo Javi en su precioso hotel la Fábrica de Solfa, donde nos volvimos a encontrar con Carlos Pauner, que se reincorporó al equipo para disfrutar de la última noche.
Después de una ducha acelerada nos encontramos en la plaza del pueblo, qué bonito es! 🙂 y de ahí a la degustación de productos del Matarranya que se celebraba esa noche en el hotel Fuente del Miro. Tanta comida de noche no puede ser buena, en serio :D.Os pongo algunas fotos, menuda barbaridad, buenísimo sí, pero… qué manera de controlarme para no sucumbir a probarlo todo!!
A las doce de la noche, en lugar de que todo se convirtiera en una calabaza, empezó la fiesta: mi cumpleee!. Hacía mucho tiempo que no celebraba un cumpleaños de una manera tan especial.
La tarta con velas para soplar y pedir el deseo (con regalito incluído), el «happy birthday» cantado por Lydia Peters, un montón de besos y abrazos por parte de todos los compañeros de viaje de Siente Teruel y una fiesta con un súper DJ Bul Bul Superbul que pinchaba toda la música que me mola, un crack. ¿Se puede tener un cumple mejor? no 🙂
Eso sí, me faltaba alguien, pero siempre va conmigo.
Y todo esto sin mencionar el fin de fiesta en el que me tocó conducir y llevar un copiloto de esos de rally 😉
El día siguiente, el de la despedida, nos reunimos todos para comentar qué nos había parecido la experiencia, desde todos los puntos de vista. Mi experiencia personal fue magnífica y creo que hablo por todos los compañeros, descubrir una tierra tan rica y compartir los buenos momentos con gente estupenda, es lo mejor que me llevo de Teruel, una tierra a la que sin duda volveré, porque este viaje también me ha hecho descubrir a gente maravillosa, que se sienten orgullosos de vivir donde viven y lo mejor de todo, que te hacen sentir como en casa.
Así que, como me ha dicho uno de mis nuevos amigos: mi segunda casa, el Matarranya.
P.S.: Mil gracias a todos los que compartisteis la experiencia conmigo, sin vosotros no hubiera sido igual; sobre todo a Ana, Luis y Carmen, de Emoción 7, culpables de que hayamos descubierto y sentido Teruel, de una manera insuperable inolvidable. (espero mi viaje en globo ;-))