Paso de tus vacaciones, me dan pereza, no me interesa saber si desayunas con vistas al Mediterráneo, si almuerzas en una hamburguesería en Nueva York o si tu cena es un yakitori en la estación de Shinjuku. De verdad, ¡qué pereza!
Y es que transmitir las vacaciones se ha convertido en el mal del verano desde que Facebook entró en nuestras vidas. Bien o mal, según se mire, porque ahora podemos mantener todas las fotos digitales bien ordenadas; durante o después, las vamos subiendo a nuestras redes y es un trabajo que nos ahorramos.
En el mundo hiperconectado no somos nadie si no compartimos nuestras vidas y nuestras vidas tienen que ser las más bonitas del escaparate. La comunicación en tiempo real pierde toda realidad, siempre es la mejor versión, la actualizada con el filtro de moda. Ya no hay sorpresas al revelar y nos quedamos sólo con lo «bueno».
Es sano desconectar, ¿podéis hacerlo?
No digo que no se pueda disfrutar de las vacaciones sin dejar que ser esclavo de la red, pero sí que desprenderse del móvil se ha convertido en uno de los mayores lujos que, si queremos, tenemos a nuestro alcance.
En general, como os digo, paso de vuestras vacaciones y espero que vosotros también paséis de las mías, me conformo con que os alegre saber que he descansado y vuelvo con ganas de guerra 😉