«Hay que verse» como frase con una gran carga de intención, de intención que suele desvanecerse al cabo de unos días que se convierten en semanas y terminan, esperemos que no, en meses.
Porque una de las grandes, grandísimas desventajas de las Redes Sociales es no verse, no verse físicamente, no tener la necesidad de saber de alguien porque ya sabes de ellos porque publican diariamente en redes, entonces conoces su vida casi más que la tuya (no en todos los casos). Pero sí que es cierto que aunque no lo veamos, al tener la sensación de que todo está al alcance de un clic, no le damos la importancia que deberíamos.
Porque hay que verse o hay que verse más, como rezaba la campaña de publicidad, que al final fue solo eso, publicidad, marketing, bonito y viral, pero, ¿eficaz? Eficaz seguramente para la marca, que obtuvo un ROI bestial, pero para los humanos, para tus amigos y la gente que te quiere ha sido un fracaso. ¿O es que alguno ha quedado más con alguien gracias a ese spot?
Verse, mirarse a los ojos sin que haya una pantalla de por medio, cuesta cada vez más y puede que sea por la edad, el trabajo, el pilates o lo que sea, pero la realidad es que yo antes os veía más. Que también está en nuestras manos que cambie, pues sí y lo intentamos… una vez al mes, quedada oficial de amigas. Pues a veces nos cuesta. ¡Qué triste!
Y qué maravilloso es sentir un abrazo y si es vuestro, mucho más.
Hay que verse.
InfanTerrible 