
Todos hemos vividos historias de amor, algunas más intensas, otras fugaces, muchas platónicas y, por desgracia, demasiadas caducas.
Todos nos hemos enamorado, nos ha llenado de ilusión una mirada, un roce de manos y una respuesta después de un doble check en WhatsApp. Y hoy, el día en el que todo el mundo está ensalzando el amor, que la música que nos rodea es romántica y en el que algunos, que viven el amor ahora, respiran corazones, os voy a contar una historia de amor perenne.
Y esta historia de amor comienza cuando me llegan las primeras historias familiares de mi niñez que cuentan que me regalaron un patito (¿qué sería de él?) de esos que vendían en las ferias (¡ay Dios mío! si eso ocurriera hoy día…) y le puse de nombre «Linda» como el tema de Miguel Bosé. Miguel, que fliparía mucho cuando en un evento hace años se le acercó una fan y, mientras le pedía una foto, le contaba que su patito de pequeña se llamaba como su primer hit… una loca.
Después a mi memoria llegan más influencias familiares: una cinta de «casete» (¡hola centenials!, podéis pinchar en el enlace para que sepáis qué es) en la que mi tío Fermín tenía «Charma Chamaleon» de Culture Club y que yo grabé para poder cantarla en la fiesta fin de curso del cole. Y los gustos de mi tío Jose (Spandau Ballet, Bryan Ferry, Bee Gees), que obviamente fue mi mayor influencia, además de la Súper Pop, los programas de música de la tele y la radio local, en este punto estamos ya con Madonna, Michael Jackson, New Kids On the Block, Olé Olé y Hombres G.
Y me llega el momento fan, aparecen Luis Miguel y Alejandro Sanz. Con ellos también los primeros amores y sus consecuencias: compartir canciones, recomendar grupos, escuchar música juntos… ¡Hola!: Queen, Metallica, La Unión, Héroes del Silencio, Guns n’ Roses, Bon Jovi.
Creces, te vas de casa, empiezas tu vida y no te abandona el walkman de camino a la universidad… Pearl Jam, Oasis, U2 y ahí sigue Alejandro Sanz. Más relaciones: ¡Hola! Mikel Erentxun, Enrique Iglesias, BSB…
Parecía que nunca llegaría la salvación, siempre he dicho que en este momento era la típica oyente de los 40, de Cadena 100; pero llegó Londres y ¡boom!: Abrí los ojos, salí del rebaño y desarrollé mi criterio, peculiar por supuesto, pero el mío propio.
En este periodo londinense hay tanta música, tanta, que me envuelve y me atrapa, que ya nunca quise liberarme: The Killers, Keane, The Strokes, Muse.
Y esta historia de amor con la música me hizo querer conocerla mejor, aprender cómo funcionaba, entender los procesos, apoyar a los artistas y seguir siendo fan.
¡Madrid! Bienvenido el hip-hop, el trap, Trestrece, Bunbury, Love of Lesbian, Vetusta Morla… aquí seguimos.
Con sus altos y sus bajos, de los temas de cortarse las venas y las lágrimas acompañando canciones, a los momentos de euforia saltando en los conciertos, tantos conciertos… quiero más conciertos. Así es el amor, quiero más amor.
Feliz día de los enamorados ❤