
Intentar resumir en pocas palabras quién es y qué significa para la industria musical Taylor Swift, me resulta complicado, mucho. Pero voy a intentar hacerlo para aquellos que no la conocéis más allá de escuchar algún éxito, deseadme suerte en el intento 😉
Taylor Swift: Niña prodigio de la música Country, con una familia que la ha apoyado desde el primer momento, llegando a mudarse a Tennessee para que su hija lograra conseguir su sueño de convertirse en una estrella. Ha sido la persona más joven en escribir e interpretar un número uno en la lista Billboard de Country. Tiene cientos de premios y recibiendo uno Kanye West la lió parda. Se le han conocido un par de novietes famosos y dicen que el tema de «We are never ever going back together» lo escribió pensando bien en Jake Gyllenahaal o en Harry Styles. Es la mujer más joven que ha entrado en la lista Forbes de 100 mujeres más poderosas y la artista femenina mejor pagada de la década de los 2010, situándose en el segundo puesto con una fortuna estimada de $825 millones.
Casi nada, ¿eh?. Bueno probablemente algún otro día os hablaré de Taylor, sobre todo de cómo de importante son las «madres» para algunos artistas que están en el top de la industria. Pero hoy me gustaría hablaros sobre el documental que se estrenó en Netflix hace un par de semanas: Miss Americana.
Me encantan los documentales sobre artistas, rollo docu-reality, obviamente hay mucho montaje y mucho guionizado, pero tener la oportunidad de ver más allá de la fachada y conocer al artista, es algo que siempre me ha fascinado. Os recomiendo encarecidamente el de Lady Gaga «Five foot two«, también disponible en Netflix.
Pero volviendo a Taylor y a su documental, es un resumen de su vida artística que en algunos casos pasa de puntillas por los momentos más peliagudos de su carrera, pero que nos muestra como una niña con un sueño logra convertirse en una de las artistas más exitosas del panorama internacional. Sus inseguridades, el encorsetamiento de la industria, lo que puedes y no puedes hacer, lo políticamente correcto… vemos como Taylor es la chica buena, la que se porta de manera correcta y no se implica para que no afecte a su reputación y su carrera profesional.
Hasta que lo hace, se harta de aguantar y no poder decir todo lo que siente. Y aquí es cuando vemos cómo la niña se transforma. Cuando una mujer artista, que está «obligada» por la industria a reinventarse constantemente, muestra al mundo su yo real. Se implica, no de una forma radical y como seguramente a los activistas les gustaría, pero pone su granito de arena.
Sinceramente creo que el documental hace un lavado de imagen, si realmente alguna vez lo ha necesitado, interesante. Pero también creo que nos deja entrar un poquito más en «su espacio» algo que el Johnny de Dirty Dancing no nos hubiera permitido 😉
Os invito a ver el documental y conocer un poco más a una de las artistas más importantes de los últimos años y si lo habéis visto, ¿qué os ha parecido?